Columna de opinión del 8M “Mujer científica”
Este año se conmemora un nuevo Dia Internacional de las Mujeres y sin duda, el contexto ha cambiado en relación con años anteriores. Hoy observamos una mayor boga de discursos de matriz conservadora, basados en una relativización y/o negación constante de las dificultades asociadas a la condición de mujeres, discursos que han ido paulatinamente penetrando en la opinión pública, siendo un fenómeno que se manifiesta tanto en nuestro país como en el ámbito global.
Es evidente que la apelación a la necesidad ética de la igualdad de género, más allá de lo cierto de dicha argumentación, ya no es suficiente. También es evidente que la demanda de justicia, en un contexto de creciente precarización, la cual atraviesa a diversos grupos de nuestra sociedad, tampoco basta.
La ética y justicia asociada a la demanda por una mayor igualdad entre mujeres y hombres son elementos que deben ir en lo más profundo de sus planteamientos, pero también es importante recalcar que la igualdad, además de ser un requerimiento moral y de justicia, también puede implicar una enorme utilidad práctica, beneficiosa para una sociedad. Para nuestra sociedad.
Específicamente, en el ámbito STEM, la incorporación de mujeres es beneficiosa y útil, al permitir integrar perspectivas y enfoques nuevos para la resolución de problemas científico-tecnológicos. Un buen ejemplo en ese sentido pueden ser los hallazgos respecto a las diferencias entre hombres y mujeres en los síntomas de las enfermedades cardiacas, hallazgos a los que no se hubiera llegado sin el trabajo de investigadoras mujeres.
La incorporación de más mujeres en ciencia y tecnología también contribuye a una aproximación efectiva a la diversidad real existente en nuestras sociedades, un elemento que históricamente ha estado al debe en el ámbito STEM, caracterizado por una abrumadora representación masculina. Mas en lo concreto, la visibilización de mujeres en ciencia puede ser un ejemplo y una motivación para el crecimiento de la presencia femenina en dicho ámbito, por ejemplo, a través de una mayor matricula de mujeres en carreras STEM.
Por último, la utilidad de la igualdad tiene relación con que equipos diversamente constituidos, pueden contribuir a crear entornos de trabajo más colaborativos e inclusivos, repercutiendo en una mayor productividad y en la entrega de productos y resultados de mayor calidad.
Sin embargo, la pertinencia y utilidad de los cambios no tendrán posibilidades de éxito si no van acompañadas de una transformación en nuestras prácticas. Por ejemplo, a través de la internalización de un nuevo trato en las relaciones profesionales entre hombres y mujeres, o en una mayor comprensión de la realidad que enfrentan las mujeres en el mundo del trabajo, algo que se plasma con claridad en temas como la corresponsabilidad de los cuidados y la crianza.
Comprender lo expuesto no es un asunto de coordenadas ideológicas, de sesgos ni prejuicios. Es un asunto de sensatez, sentido práctico y sobre todo, mucha inteligencia y humanidad.
Un saludo a todas las mujeres.